Mi manera de comprometerme fué darme a la fuga dice bien Joaquín Sabina...
Las relaciones humanas son ahora y cada vez más: frágiles, transistorias, fáciles de evadir y sobre todo "hasta nuevo aviso". Los vínculos amorosos son discontinuos y borrosos. Contradictorios. No se busca casarse pero urge "irese a vivir juntos".
Zygmunt Bauman, teórico de la modernidad líquida, en su reciente conferencia ofrecida en la Universidad Complutense de Madrid apuntó: "Quienes viven juntos, sin casarse, da por entendido que se trata de algo temporal y contrario a los que antes se juraban vivir juntos hasta que la muerte los separe nunca generan un modus vivendi". Las parejas de antes buscaban un proyecto común, que con el tiempo, los logros y los fracasos en el camino a lograrlo, generaba con cada día vínculos más y más fuertes que a la larga fueron imposibles de romper "ya no hay pasión pero es el padre de mis hijos", "estuvo cuando peor me sentí, cómo voy a dejarlo ahora", "finalmente nadie me conoce mejor" son frases que con frecuencia se escuchan en voz de las parejas que sólo la muerte separará...
Sinembargo gracias a la búsqueda implacable de la libertad a costa de todo, ahora veneramos la flexibilidad, la movilidad, la temporalidad, la fugacidad que nos permita vivir sin límites ni espaciales, ni físicos y por supesto tampoco emocionales. Demasiadas posibilidades generan incertidumbre.
La incertidumbre que nos agobia pero que preferimos a la pesadez de lo duradero. Optamos por vivir el amor como producto de consumo, siempre en espera de algo mejor y con la posibilidad de tirar lo anterior en cualquier momento.
Reconfiguramos así el concepto de AMOR, aunque reconocemos que es inevitable y codiciado, ahora lo encontramos en nuevas y complicadas presentaciones. Hay parejas que se aman, pero estan con otro; otros que no son parejas y estan juntos; y amigos que se quieren más allá pero prefieren no arriesgar...
Comprometerse es cada vez más complicado por lo que el status de facebook más socorrido y exacto es, sin duda, "Es complicado". Quizá sea el apogeo de amor a distancia que permite "viajar al amor y volver a nuestra vida", de jugar a la "familia" con apartamentos en los que no vivimos pero dónde nos encontramos, el auge de los amores negados y el "te quiero pero no"...
Queremos estar sueltos, libres pero todos conectados. Juntos y en colectividad omnipresente. Disponibles y sin promesas improbables; todas esas que incluyen el adverbio "siempre"...
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