Pero más allá de eso, ESPACIALMENTE Madrid es de dos plantas. La superficial: por donde se pueden disfrutar sus parques, fuentes y calles a la luz del día, que en verano dura hasta entradas las 10 de la noche; y la subterránea: entre el laberinto del metro y los profundos e inmensos sótanos que hay en casi todas las construcciones existentes.
Es decir Madrid no es lo que parece. La mirada superficial de la capital española nos permitirá vivirla y apreciarla como una bella escenografía para las fotografías del recuerdo, pero no es capaz de revelarnos todos sus misterios de una sóla vez.
Madrid, aguarda a ser descubierta. Deja que la descubras poco a poco. No dice demás, pero no se oculta cuando hayas la pista.
Así de vez en cuando te da una dirección suelta en la que encuentras seguridad y una familia, alguna más para escuchar a los que has leído, el cuadrante de la estación fantasma y otra cerca del Estadio donde se halla una caja fuerte bajo tierra en la que encuentras la mismísima caja metafísica.
Así es Madrid
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