Las denominadas mariposas son como el dolor. Facilmente se olvidan.
Cuando te sacaron una muela y luego de los años quieres recordar lo que se sentiste, es practicamente imposible, aunque tengas la conciencia de que fué doloroso no puedes recrearlo. Lo mismo sucede con las mariposas, sensación absolutamente agradable y por lo tanto opuesta al dolor, pero coincidentes en características: involuntarios, incontenibles e impredecibles y a la larga faciles de olvidar.
Por ello cuando vuelves a sentirlas, es una emoción nueva. Nunca aprendes a reaccionar.
Desde hace algunos días que la he experimentado, pero hoy fue arrolladora.
Se sube el color a las mejillas. La mente se pone en blanco, pero es capaz de elaborar complejos juegos de palabras que se dicen sin pensar. Se da un intercambio de miradas apenas perceptible para los demás, pero que para los sujetos en cuestión es eterna.
Esa mirada lo dice todo, lo anuncia todo, lo intenta todo, lo pierde todo... lo vale todo.
Para que las mariposas lleguen a niveles perceptibles, estoy casi segura, tiene que ser siempre recíproco.
Nunca vas a sentir maripositas por alguien que no las siente por ti.
Así transitó mi vida del vips de acoxpa, al de pacífico y ahora se queda con el de Ciudad Lineal.
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