La Ciudad del Renacimiento incluso tiene su propio malestar: "Síndrome de Stendhal" que se desata ante la exposición prolongada a demasiada belleza artística. Responde a los síntomas taquicardia, confusión, enfado, vertigo y mareo. Lo diagnosticaron porque en Florencia se sufren desmayos inexplicables de turistas todos los días.
Es verdad: Florencia tiene en sí misma la belleza del humanismo, lo místico de la fé y a creación. Además Florencia es culta y política.
Sin embargo, para una Gran amiga florentina que conocí en Madrid sólo es un pueblo aburrido en el que "nunca pasa nada nuevo":
Nada es suficientemente bello para que le guste a todo el mundo
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