Una plática casual que llegó a mis oidos me anunció que en la madrugada habían desalojado a los últimos "indignados de sol". Recordé que mi asesor Pablo Francescutti, en el coloquio sobre el 15M organizado por la Complutense, advirtió bien clarito: "cuando los medios se voltean, llega la policía"... Madrid ayer estaba rodeada de policias.
Sobrevolaba un helicóptero, que se mantuvo a baja altura hasta el anochecer. En toda la orilla de la Gran Vía había un elemento de la policia cada 3 metros de distancia, lo mismo que en Alcalá, preferí mantenerme en a periferia luego de la experiencia que tuve el 15 de mayo...
Asombrada reviví mi reciente conversación con una jovencita veracruzana que visitó la Ciudad la semana pasada, fecha por cierto, en la que tuvimos que rodear una manifestación y en la que nos encontramos con gas pimienta de frente. Esta chica afirmó que "preferiría vivir en Madrid porque aquí no había policías, no había problemas y si salia encuerada a la calle no habría nadie mirandola lascivamente". Sin duda uno siempre ve lo que espera ver.
Así, Madrid atestado de policía y con visita papal en puerta, mantuvo a turistas, periodista y peatones alejados del kilometro cero mientras elementos del Cuerpo Urgente de Limpieza levantaban las 25 toneladas de basura que dejaron las manifestaciones en la Puerta del Sol.
Los pocos indignados que quedaban en la plaza, pues los demás están de veraneo en Palma de Mayorca, tuvieron que madrugar para retirarse.
La tolerancia con los "jóvenes parados" y la aceptación de un movimiento calificado de "pacifico y urgente" por las generaciones de padres, luego de 79 días, terminó en "limpieza profunda" como parte de los preparativos para la visita del Papa. Desalojaron a los "perro flauta" para hacerle espacio a la "juventud católica". Entonces y sólo entonces presenciamos una transmutación isólita de la gente que pernoctaba en Sol: La metamorfósis que les cambió de INDIGNADOS en INDIGENTES.*
***Según la policía, los últimos de Sol eran en su mayoría indigentes y la protesta había degenerado en una ocupación de la vía pública sin más trasfondo.
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