Los dos constantes. Sin variación, más que las que me repito cuando no quiero liberarme de la esperanza.
No pasó nada entre nosotros pero sí en mí.
Ahora que estoy dispuesta a intentar de nuevo, en otro país y en otro momento : tengo miedo.
Pienso que todos los silencios, todos los mensajes tardíos y todos los avisos de alerta son los suyos.
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