No se puede afirmar que te estén engañando cuando te mienten.
Los hombres mexicanos te seducen, te encantan, te enredan y te enamoran para no tomarte en serio o te ignoran, te rompen, te desengañan para casarse contigo. Nunca se sabe...
Son la paradoja encarnada, una contradicción constante, la complejidad tamgible y un acertijo perpétuo.
Con un sólo beso pueden robarte el alma, con una frase cambiar tus planes y son capaces de decir "ya sabes cómo soy y si quieres me voy" y hacer que te quedes sabiendolo todo.
Pasan una vida engañandote y un día sin avisar dejan de hacerlo, lo mismo para descubrir que en realidad te amaban o para abandonarte presos de la culpa...
Siempre compartiendose con otras, huyendo del amor, probandolo en todas partes, confundiendose entre tanto, dejandose llevar, reprimiendo sus sentimientos y liberando sus pasiones. Nunca se sabe con un mexicano dónde está realmente su corazón, a quién y en qué momento lo entregó. Se rumora que lo hacen una sóla vez.
La mayoría deambula descorazonado en busca venganza, aunque luego arrepentidos digan "no quiero lastimarte" y terminen queriendote también.
Disfrutan lo mismo del afecto incondicional que del provocativo reto. Su código de conducta es indecifrable a simple vista y lo menos obvio que existe sobre la tierra. Sinembargo tienen uno: inamovible, legítimo, verídico e irrefutable, con el que nunca son permisivos y tiene que ver con el afecto a sus madres, el respeto a sus hermanas, la veneración a la virgen de guadalupe y la defensa del honor de las mujeres de su hogar.
Nada fácil ser "la mujer de la vida de un hombre mexicano" pero cuenta la leyenda que si un día eres amada por uno habrás conocido el paraíso...
1 comentario:
Espero que me pase entonces...
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